Nada es fácil pero todo es posible

Anónimo

Apoyo

El uso de un enfoque psicosocial restaurará la conexión entre el cuerpo y la psique. La comunicación es de particular importancia en este ejercicio. Al poder explicar al paciente el conocimiento actual sobre la regulación de los trastornos neurológicos funcionales, el cuerpo ha perdido su capacidad de transmitir las señales correctas. Trae la idea de que parte del problema se debe a un problema de circuito neuronal, lo que hace necesario reorganizar la forma en que se transmiten las señales al cerebro. Informe que esta remodelación llevará tiempo. También explicar el fenómeno del síndrome de amplificación del trastorno, la influencia del estrés, el hecho de que los problemas de "cabeza" (especialmente las emociones) pueden manifestarse en el cuerpo a través de estos trastornos funcionales. Dígale al paciente que le creemos cuando se queja de sus síntomas, que la causa no está totalmente clara, pero que sabemos cómo reducirlos si no sabemos de dónde vienen; es un paso esencial para poner fin a la búsqueda a veces compulsiva de una causa clásica de enfermedad. Ofrecer al paciente trabajar para reducir los síntomas en lugar de continuar buscando la causa ayuda, en general, a iniciar el tratamiento. Hablar de entrada sobre la influencia de los aspectos psicológicos en los trastornos, y por tanto de la necesidad de trabajar en colaboración entre neurólogos y psiquiatras.

Es necesario identificar dentro de cada red asistencial un "conductor" que centralice la atención, asegure la comunicación entre el paciente y el equipo multidisciplinario de cuidadores así como con el séquito. Para ello, la confianza es importante y a veces lenta de adquirir dado el viaje a menudo difícil de los pacientes en el sistema de salud. La organización de las redes es un elemento clave para reducir el bloqueo, armonizar los mensajes y contener estas situaciones que muchas veces son pesadas. El referente puede ser un médico de atención primaria, especialista, psiquiatra o cuidador que desempeña un papel central en la atención y en quien el paciente y su entorno confían.

Es la vuelta a una vida normal lo que conducirá a una mejora de los trastornos neurológicos funcionales y no al revés. Varios estudios muestran que el retorno a la actividad normal permite la restauración de la función comprometida y una regresión de los trastornos funcionales. Proponer el enfoque: sueño, deporte (actividad), socialización y trabajo, que romperá la espiral infernal y devolverá la normalidad a la vida de estos pacientes y mejorará la sintomatología. El deporte y el trabajo deben implementarse gradualmente y por etapas. El contacto previo con la empresa es fundamental para explicar el problema y trabajar juntos en una recuperación adecuada.

Introducir fisioterapia para trastornos funcionales incapacitantes para reacondicionar a los pacientes, lo que generalmente disminuye las quejas y permite una recuperación funcional que promueve un retorno a las actividades normales. El enfoque físico y el reequilibrio de las estructuras permite a los pacientes superar el dolor incapacitante para volver a la senda de la actividad física. A veces, al no reducir el dolor, le permite experimentar que el movimiento aún es posible. La psicomotricidad trae la posibilidad de establecer vínculos entre la sensorialidad, las emociones y la funcionalidad, a través de actividades significativas para los pacientes. Estos últimos aprecian la introducción de un enfoque corporal en respuesta a su incomodidad que sienten solo a nivel físico. La conciencia de los cuidadores sobre el problema del trastorno funcional es necesaria para optimizar estos tratamientos porque les permite no juzgar al paciente y ayudarlo a verbalizar sus sentimientos en relación con los síntomas, lo que a menudo representa el primer comienzo de un vínculo "cuerpo-cabeza".

Utilizar enfoques psicocorpóreos y medicinas complementarias. Muchos enfoques como el yoga, la hipnosis, la biorretroalimentación, la acupuntura, la meditación, por nombrar algunos, han demostrado eficacia en el campo de la regulación de los trastornos neurológicos funcionales. Algunos experimentos con hipnosis han demostrado que en el transcurso de las sesiones el paciente descubre "primeras veces" sin síntomas ni percepción de estos síntomas y que estas técnicas le permiten un inicio de "control" sobre su enfermedad.

El seguimiento psicológico es fundamental para trabajar en la identificación y tratamiento del sufrimiento psicológico, ya sea personal o familiar. La psicoterapia individual y/o familiar permite dar sentido a los síntomas situándolos en la historia del paciente y sus familiares. Durante demasiado tiempo, el seguimiento psicológico ha sido la única respuesta dada por la profesión médica a un trastorno funcional, cuando todas las investigaciones eran normales. Sin embargo, al principio, la propuesta de un enfoque psicológico rara vez es aceptable para el paciente que percibe solo el componente corporal de sus síntomas. La sensación de incomprensión puede llevar a la ruptura del seguimiento y al desierto médico. Es en el contexto de las terapias corporales que los primeros vínculos entre el cuerpo y las emociones se pueden forjar, a veces muy lentamente, hasta que el paciente acepta la atención psicológica además de (y no en su lugar) las terapias corporales. A menudo profundamente afectadas por los síntomas y el problema incapacitante del TNF, las familias deben recibir apoyo.